ANALISIS Y REFUTACION A SU DELIRIO SOBRE SU ELIXIR DE VIDA
Examinemos un poquito a este personaje con ínfulas de creerse un maestro alquimista y su nuevo librito que se autoeditó y que , después de autoeditarse, se peleó con la propia editorial, difamándola, como pueden verlo despotricar en videos:
Digamos sin más que su libro es un acervo de anécdotas destinadas a un único propósito: su narcisismo. Exaltar su ego marchito llamándose clarividente, un niño con dones especiales – entre los que tenemos que tima a la gente con cursos costosísimos de alquimia donde enseña a colgar telas de lino.
Pero nos queremos enfocar, de todas las paparruchadas de su libro, en las aseveraciones lamentables que le hacen pensar que está en posesión del Elixir de vida. ¿Qué hace este personaje?.
Recoge rocío en telas de linos, las exprime y seca con agua destilada y dice que es rocío lo que recoge aunque lo hace de día y como sabemos de día no cae el rocío. Pero igual lo dice y lo hace. Dice que el “rocío” resultante tiene una bioalga que cura todas las enfermedades.
Eso no es nuevo. Mil veces tuvimos rocío verde, que se pone verde consecuencia de los microorganismos, es el clásico verdín indeseable de las piscinas que tratan a toda costa de erradicar , e incluso más todavía cuando aparecen en los acuarios.
Dice en su librito:
“Recordemos que el león verde es producto de la recolección del rocío de los paños húmedos impregnados con la sal lunar”
Añade:
“Así, a este nueva materia se la conoce científicamente como Hematococcus pluvialis, una microalga de capacidades fantásticas con la utilidad de generar una sustancia llamada astaxantina, un potente antioxidante cuya evidencia señala que tiene la capacidad de curar muchas enfermedades y de poder alargar la vida”
En otras palabras, como él mismo dice, el “León verde es una microalga”. ¡La pesadilla de los acuarios!.
Dice que de tal bioalga se transmuta en su astaxantina :
“Este líquido aceitoso es conocido científicamente como astaxantina”
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Cultivos, imagen de Wikipedia |
Luego elucubra que su astaxantina alquímica es distinta que la comercial. Como decir que la vitamina C farmacéutica es distinta de la vitamina C de las naranjas. Algo semejante plantea JDC. Luego dice que su preparado alquímico le devolvió el poder caminar. Parece la historia de siempre de los inválidos que le tocan la frente los pastores y se levantan de sus sillas de ruedas., está vez es la astaxantina alquímica.
Y escribe sobre la misma en su librito:
“Esta sustancia alquímica, esta variante de la astaxantina, tiene propiedades curativas increíbles: mejora la visión, cura las cataratas, mejora la resistencia física, puesta de forma externa en heridas , las cicatriza en horas; repara el daño en el ADN y las mitocondrias, actúa directamente en el núcleo celular, disminuye lentamente el cáncer y ayuda a mejorar la salud si el mismo no es muy avanzado”
Es impresionante como una persona que es incapaz de escribir dos oraciones ordenadas , que comete terribles errores horrores de ortografía, sepa que actúa en las mitocondrias, que repara el daño en el ADN, careciendo de un laboratorio para poder analizar como corresponde y respaldar sus aseveraciones fantásticas, y estudios de genética para entender de qué demonios habla.
Pero si ,eso si hace, reta a los científicos a que lo demuestren por él. La carga de la evidencia recae en quien presenta el argumento no en el otro que lo critica. La tarea suya, señorito mal hablado, es presentar la evidencia que amerite sus aseveraciones. Y como decía Carl Sagan: "afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria".
Théodore Flournoy enunció en 1899 el principio de que "el peso de la evidencia para una afirmación extraordinaria tiene que estar proporcionada a su rareza", atribuyendo la idea a Laplace, quien la enunció en 1814.
Dice Crespo : “ Por eso reto a cualquier científico a comprobarlo”.
Nosotros invertirnos el reto: retamos a este charlatán a demostrarlo. Y en proporción a su afirmación extraordinaria.
Pero esto no impide que este pequeño personaje de Internet siga diciendo en su librito:
“Sigo pensando merecer un Premio Nobel, y espero que tú también.”
Luego agrega tras hacerse el espiritual:
“Me encantaría decir esto mientras recojo el premio para demostrar que sí se puede”
Sí se puede mentir. Y descaradamente. Sin tapujos.
Lamentamos decepcionar a este fraude cibernético de Jorge Diaz Crespo, pero ya ganó un Nobel el descubridor de la Astaxantina. Su nombre es Richard Kuhn, y lo descubrió en 1938 recibiendo el premio Nobel de química, en su investigación relacionada con vitaminas y carotenoides.
Llegaste tarde JDC.
Y creo que ahora nos debes 5000 euros porque te refutamos. ¿Lo pagarás? Lo más honorable es que vuelvas a la madriguera de donde saliste.
Les aviso, por si no lo captaron todavía. No hay tal descubrimiento asombroso de parte de JDC, el Mutus Liber, libro de cabecera de los alquimistas y que nosotros usamos para apoyar los vasos, no explica nada de la astaxantina, ni del verdín, solo la mezcla de sales que se forma por el proceso de nitrificación del aire, que los alquimistas consumian en el pasado pensando que los curaba pero solo los intoxicaba un poquito cada día, por eso sudaban en las noches, no por otra cosa que una respuesta a una ligera intoxicación.
La sal que encontramos es el nitrito de amonio que incluso tiene evidencia científica que respalda que es cancerigeno. Allí ustedes si lo siguen a Crespo.
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